Reúno la serie de doce entradas publicadas en mi cuenta de Instagram @cister.architecture sobre la fachada oeste en la iglesia cisterciense.
Consiste en un análisis sintético de los rasgos característicos de este importante componente de la arquitectura cisterciense recorriendo importantes monasterios y abadías de la Orden del Císter.
La secuencia dibuja una evolución estilística y funcional que nos permitirá comprender mejor la belleza de estas fachadas, sus puntos en común y diferencias entre monasterios.

Abadía de Silvacane

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Empezamos esta serie potente sobre las fachada oeste en la iglesia cisterciense. Es uno de los elementos arquitectónicos más representativos y de los que mejor nos pueden ilustrar características específicas de la arquitectura cisterciense. Y por supuesto, también nos dará herramientas para conocer mejor la arquitectura románica y gótica.
Como introducción vemos la preciosa fachada oeste de la @abbayedesilvacane la cual presenta muchos elementos sobre los cuales reflexionaremos en esta serie.
Os invito a que os fijéis en: el número y ubicación de las puertas, ventanas superiores, geometría del perímetro y sombras de los aleros de cubierta, contrafuertes y terreno natural del suelo no pavimentado. Volveremos sobre ellos.
Para acabar dos apuntes de Silvacane: merece la pena fijarse en la relación entre las 3 ventanas de fachada y óculo, y las 3 ventanas (y parte inferior de óculo) del ábside que se ve a través de la puerta. Y segundo: las puertas laterales en otro nivel evidencian la adaptación de la iglesia a la topografía en pendiente del lugar.




Abadía de Flaran

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Esta bella fachada oeste de la iglesia cisterciense de Flaran con elementos románicos nos muestra una única cubierta a dos aguas. Este rasgo nos indica que la nave central y las laterales tienen alturas similares. Esa ausencia de verticalidad de la nave central, a diferencia de la @abbayedesilvacane como vimos en el anterior post, se ve reforzada compositivamente en esta fachada por la cornisa horizontal a media altura.
La línea de sombra de este elemento y la falta de cornisas (y sombras) con mayor pendiente en la cubierta provocan que domine más la horizontalidad.
Aún se mantienen las 3 puertas, por última vez en esta serie sobre las fachadas oeste: la norte para los hermanos conversos (ahora tapada por la construcción adosada), la central para los invitados distinguidos y la sur para los muertos.
Las dos ventanas superiores y sobretodo el óculo, tienen una función compositiva y no tanto funcional, ya que la superficie de entrada de luz respecto a la dimensión exterior de las aberturas es mínima (adjunto esquema). La triple ventana característica del císter se reserva para el ábside.



Por último, os habréis fijado en la dispar erosión de la piedra. A pesar de que hay elementos reconstruidos, siempre es interesante observar cómo afecta el paso del tiempo a cada construcción.

Abadía de Loc-dieu

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La esbelta nave central acentuada por el estrecho ventanal crea las bellas proporciones de un estilo gótico más íntimo que el que estamos acostumbrados a ver en las exuberantes catedrales. Las iglesias cistercienses tenían una función muy concreta vinculada a la liturgia interna de los monjes, por lo que sus dimensiones son más modestas. El silencio y la soledad que tienes cuando las visitas provocan una emoción diferente (ni mejor ni peor) a la visita de una gran catedral.

Podemos ver que las naves laterales son muy estrechas, tanto que obliga a suprimir las puertas laterales (y que se situarán en las fachadas sur y norte).

Me encanta la fuerza expresiva de los pares de contrafuertes: a la vez que anclan el edificio en el terreno generan un flujo compositivo ascendente en forma de flechas. Pura arquitectura cisterciense.
¿Sabíais que en esta abadía fue escondida La Gioconda durante una parte del tiempo de la ocupación nazi de París?


Abadía de Bonnecombe

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Nos encontramos ante una iglesia modesta donde la utilización del aparejo irregular de la piedra, el terreno de hierba y el día frío y húmedo dan una aspecto medieval y rural muy cautivador.
Al disponer la iglesia de una sola nave, la forma es compacta y solo presenta una línea de contrafuertes (fijaros cómo asoma el contrafuerte sur -a la derecha de la foto- de la fachada perpendicular). Como pasa en la abadía de Loc-Dieu, únicamente tenemos una puerta. Y a diferencia de ella, se sustituye el esbelto ventanal por la típica triple ventana cisterciense, dando lugar a una composición menos vertical.

Para acabar esta breve entrada sobre Bonnecombe, os propongo que os fijéis en dos aspectos:
- La topografía en pendiente (como vimos en Silvacane) donde la iglesia se ubica en la posición alta respecto al claustro.
- El tamaño relativo entre la portalada y las ventanas respecto a las reducidas dimensiones de la fachada. Cuando un edificio es pequeño, sus componentes no se reducen proporcionalmente. Si miráis la fachada de Loc-Dieu, veréis como la puerta y el ventanal ocupan mucho menos espacio respecto al conjunto de la fachada.
Esta fachada oeste de la iglesia cisterciense de Bonnecombe mantiene los rasgos del Císter dentro de un contexto íntimo y modesto característico del románico.

Abadía de Varennes

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Aquí tenemos otro ejemplo de iglesia pequeña con una fachada preciosa. Sus dimensiones son muy parecidas a la de ayer (Bonnecombe), también tiene una puerta centrada, contrafuertes laterales, cubierta a dos aguas… pero en realidad ¡son muy diferentes! ¿Cómo es posible? Fijaros.
En Varennes el tipo de piedra es de un color homogéneo. Y está más trabajada conformando un plano uniforme. La triple ventana es sustituida por una gran ventana alta (cuya vidriera no sobrevivió al paso del tiempo). Esta ventana empuja la parte central de la cubierta hacia arriba, creando un piñón muy inclinado que sugiere la verticalidad del estilo gótico. Los contrafuertes también van a buscar la cubierta, armonizando el conjunto. Todos los elementos sugieren verticalidad compositiva.

Y para acabar, un detalle sutil pero maravilloso: el ligero punto de inflexión de la cubierta es su parte baja. ¿Era necesario? No. ¿Es precioso? Sí. Por lo tanto… sí era necesario…


Abadía de Noirlac

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En Noirlac, al igual que vimos en Silvacane, la geometría de la fachada oeste de la iglesia nos muestra dos naves laterales y una nace central más alta. Desaparecen los contrafuertes favoreciendo una lectura horizontal que refuerzan las cornisas. Hasta el pequeño rosetón polilobulado es flanqueado por dos columnas se apoyan en la cornisa superior. Sobre la cornisa inferior se apoyó un porche, hoy desaparecido.


Las dimensiones de la iglesia (59x17x17m, LxAxH), bien podrían ser las de una catedral, aunque la modestia del tratamiento de su fachada bien parece que no necesite demostrarlo.

Lo que más llama la atención son las dos puertas. Ni una ni tres. Y juntas agrupadas en la nave central. Es una tipología poco habitual, aunque ya sabemos que los monjes apenas las utilizaban porque el acceso a la iglesia se hacía internamente desde el claustro.
Qué ganas volver a visitar Noirlac…

Abadía de Senanque

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Otro maravilloso ejemplo de fachada cisterciense… miradla bien porque os hago una pregunta: ¿veis algo singular o no habitual?
Efectivamente ¡han suprimido las puertas centrales! No importa la función compositiva que habitualmente cumple la portada en el eje de la nave central: la mayor altura de esta nave, el rosetón, las ventanas altas y los esbeltos contrafuertes ya hacen ese cometido. Y lo más importante: recordemos que es una iglesia dentro de un monasterio, por lo que no está pensada para un uso parroquial y representativo.
Los monjes ya tienen suficiente con pequeñas puertas laterales, muestra también de humildad (de la misma manera que circulan en el claustro arrimados a las paredes).

Nunca me canso de observar esta arquitectura…

Le Thoronet

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La abadía de Le Thoronet, joya de la arquitectura cisterciense, también prescinde de la puerta central en su fachada oeste. La menor dimensión respecto a Senanque provoca que las dos ventanas de la nave central estén más bajas y puedan separarse del rosetón. Compositivamente hubiera sido difícil ubicar la portalada, ventanas y rosetón en el mismo eje central.
Quiero hacer notar el carácter modesto, tranquilo y silencioso de esta fachada. Observad la simplicidad de componentes donde las pocas aberturas son simples perforaciones en el muro, sin cornisas, contrafuertes, tallas, capiteles, esculturas ni ningún otro elemento similar.

Podéis hacer el ejercicio de comparar mentalmente esta fachada occidental con la de cualquier iglesia / catedral gótica y hasta con muchas románicas (estoy pensando en la bellísima iglesia románica de Conques, por ejemplo).
El muro y su precioso aparejo es el gran protagonista subyacente. Una vez más, Piedra, Luz, Silencio.

Abadía de Sylvanès

9/12
Llegamos a un claro exponente de supresión de elementos de fachada. Parece una fachada secundaria o una medianera, a la cual se le ha abierto una ventana provisional a la espera que edifiquen adosado un nuevo edificio. En todo caso, lenguaje románico adornado con una tracería gótica (como veremos también en Santes Creus).
El muro se expresa en un gran plano perforado por la gran ventana alta, muy alta. La luz que entra por ella baña de manera rasante la bóveda de cañón apuntada interior (también llamada bóveda de cañón en ojiva). El poco espacio que queda libre entre la ventana y la cornisa de remate nos da una pista del espesor de la cubierta. La posición elevada permitirá colocar en el interior un gran órgano sin tapar la entrada de luz.


Monasterio de Santes Creus

10/12
Seguimos nuestro recorrido por esta magnífica fachada oeste cisterciense donde domina la gran ventana gótica abocinada que perfora el sobrio muro plano (como vimos en Le Thoronet y Sylvanès).
Las 5 arquivoltas planas, bellísimas en su sencillez, penetran profundamente en el muro, potenciando su carácter y espesor. El conjunto se hace aún más conceptualmente bello al encontrar la misma solución en el interior. La vidriera se convierte en un plano de simetría perfecto (ver foto interior y croquis). En el exterior la sombra parece que queda atrapada en la ventana, mientras en el interior es la luz la capturada. Simetria material, antagonismo inmaterial.



Destacar las almenas que se colocaron para fortificar el monasterio entre 1375 y 1378 por Pere IV el Ceremoniós, dando una lectura del conjunto ligeramente menos religiosa y más de arquitectura civil.

Abadía de Pontigny

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Esta abadía es una de las 4 primogénitas de Cîteaux. Es una catedral en medio del campo. La fachada oeste de la iglesia cisterciense de Pontigny se aleja de la austeridad de elementos que hemos visto hasta ahora. Y, lo que es más importante, de la esencia conceptual de la arquitectura cisterciense.


Lo que más destaca es el potente nártex que rompe el plano del muro de la fachada. No es un componente habitual de la arquitectura del císter, pero podemos encontrar algunos ejemplos como en los restos de Santa María de Huerta.


Este porche también oculta la presencia de las naves laterales, dando mayor jerarquía a la nave central que se nos presenta en fachada con un marcado piñón.
La sección de la iglesia de Pontigny es similar a la de Santes Creus (que vimos en el anterior post), incluyendo el gran ventanal. Os invito a compararlas detenidamente.

Abadías de Fontmorigny y Mogiła

12/12
Acabamos con dos ejemplos donde se modificó la lectura original de las fachadas oeste medievales cistercienses.
La iglesia de Fontmorigny, en muy mal estado en el s. XVIII, fue acortada 3 tramos y cerrada con una modesta fachada neoclásica. A pesar de las pilastras dóricas, el friso con sus triglifos y metopas, y el frontón clásico, la austera intervención respira la sencillez y la esencia cistercienses. Y lo hace, desde mi humilde punto de vista, porque la arquitectura cisterciense trasciende estilos y componentes arquitectónicos.

Por otro lado, el monasterio de Mogila en Cracovia presenta una fachada oeste barroca que esconde una de las iglesias góticas más antiguas de Polonia. Aquí ya me cuesta más encontrar la esencia cisterciense, sobretodo por el tratamiento sobrecargado de los interiores de la iglesia.
Sin duda, me quedo con el interior de la (ahora) pequeña iglesia de Fontmorigny.




Como hemos podido ver, la fachada oeste en la iglesia cisterciense presenta características interesantes. Y aún se vuelve más complejo, potente y bello a medida que analizas más y más monasterios y abadías. ¿No es genial?

Gracias por vuestro interés, seguiremos con mucha más arquitectura cisterciense, tanto en esta web como en Instagram.

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