La cabecera de la iglesia de Fitero nos muestra veladamente la esencia del Císter a pesar de no disponer de ábside plano (como por ejemplo, Fontenay en Francia y Santes Creus en España) y además tener girola.

La iglesia del Monasterio de Fitero presenta un deambulatorio con 5 capillas radiales como podemos encontrar en Pontigny (Francia) y en Moreruela, Poblet , Veruela y Gradefes (por citar algunos ejemplos).

Tras dejarnos deslumbrar por la belleza de esta cabecera, una mirada atenta y paciente es capaz de reconocer, como decía, la esencia de la arquitectura cisterciense. Durante la visita dediqué un tiempo a observar detenidamente las características de los muros y de las ventanas. Y descubrí un orden sutil y bello que me empujó a fotografiar cada una de las 11 ventanas de una manera casi científica. A la misma distancia del plano del alabastro, manteniendo la línea del horizonte a la misma altura y bloqueando la exposición.

Cabecera de la iglesia de Fitero junto al plano en planta que identifica los tipos de capillas y las ventanas.
Cabecera de la iglesia de Fitero junto al plano en planta que identifica los tipos de capillas y las ventanas.

He compuesto las fotografías, a dos niveles de ampliación, en un vídeo. Y mediante transiciones y unos esquemas con planos, os invito a que las disfrutéis observando puntos en común y sus diferencias.

Link al vídeo de YouTube que ilustra esta entrada sobre la cabecera de la iglesia de Fitero:

https://www.youtube.com/watch?v=8q5p5o8A6CM

Os propongo que empecéis por acariciar con la mirada la textura de la piedra, recorrer las arquivoltas, la preciosa “línea del horizonte” que es la imposta , y los robustos contrafuertes escalonados que nos hablan de un estilo constructivo tardorrománico que pide a gritos aligerar los muros y bóvedas.

La construcción de una cabecera circular implica un número impar de capillas (habitualmente 5 y en algunos casos 7)., de tal manera que el eje de la iglesia (en la nave principal) coincida con la capilla central.

En planta estas capillas suelen ser geométricamente idénticas y se generan radialmente a partir de un mismo centro. Esta “democratización” invita a que las ventanas sean todas iguales, como pasa en los monasterios de Pontigny, Moreruela, Poblet y Veruela. En algún caso la capilla central, dada su importancia, tiene un tratamiento diferente (Gradefes).

Tipos de ventanas

Pues bien, en la cabecera de la iglesia Fitero encontramos tres tratamientos diferentes de las ventanas más un cuarto en las capillas del transepto. Estas últimas capillas, vistas desde el exterior, se integran perfectamente con el resto de absidiolos y podemos decir que visualmente forman parte de la cabecera.

Y es ahora cuando surgen muchos interrogantes:

¿Cómo pueden convivir cuatro tipos de ventanas sin que se resienta la unidad de la bella cabecera de Fitero?

Y digo más: ¿cómo esa armonía puede respetar el lenguaje cisterciense de simplicidad y austeridad constructiva?

¿A qué responden cada uno de estos tipos de ventanas?

En el vídeo y en las fotografías podemos ver claramente que, aunque cada capilla radial es idéntica, su posición en planta define una jerarquía que se refleja en cómo son las ventanas. Tenemos los tipos A (eje central de la iglesia), B y C.

Pero… aparece un tipo B’ absolutamente inesperado!!! ¿De dónde sale? Tras mucho pensarlo, sólo se me ocurre una razón, y es increíblemente revolucionaria!!!

Vamos a ver si soy capaz de explicarlo.

Sistema de categorización

La cabecera de la iglesia de Fitero esconde un sorprendente sistema de categorización y diseño de las ventanas.

Esquema de jerarquía de las capillas, ejes y ventanas. Y la sorpresa del tratamiento especial de las ventanas que están en el campo visual frontal.
Esquema de jerarquía de las capillas, ejes y ventanas. Y la sorpresa del tratamiento especial de las ventanas que están en el campo visual frontal.

La disposición radial de las capillas (o absidiolos) invita a tratarlas todas por igual. En todo caso, dada la voluntad simbólica, pedagógica y formal del arte románico, se entiende que la capilla central -sobre el eje longitudinal de la iglesia- sea mayor y presente elementos singulares.

Por lo tanto, en la capilla A sus tres ventanas (2, 3 y 4) presentan una arquivolta con dos planos de profundidad y columinillas cilíndricas continuas.

Las capillas laterales B presentan en sus ventanas arquivoltas con un solo plano deprimido.

Y en las capillas C del transepto encontramos la aspillera directamente sobre el plano de muro. Por cierto, aquí la abertura es más alta para igualar la altura del plano interior de las arquivoltas… sencillamente genial.

Pero esta organización formal, fruto del idealismo platónico de San Agustín vigente en el año 1200, salta por los aires cuando una misma capilla B (la que está a la derecha de la central en el plano) tiene una ventana con columnillas (5) y la otra sin ellas (6). Y en la siguiente capilla B ninguna de las dos ventanas (7 y 8) tienen tampoco columnillas.

No hay ningún motivo a nivel conceptual, simbólico ni pedagógico (aspectos básicos en el románico como hemos dicho). Tampoco lo hay formal y estéticamente si lo miramos desde el interior de la iglesia. Hemos de ir al exterior, plantarnos delante de la cabecera y mirar. Mirar bien.

Es entonces cuando descubrimos un argumento puramente visual y estético de los constructores medievales. Las cinco ventanas que vemos en el frente principal de la cabecera tienen columnillas (1, 2, 3, 4 y 5). El resto no. Alucinante.

Pasamos de la concepción estética románica de San Agustín al guiño aristotélico tomista (vector del futuro estilo gótico), el cual prioriza la visión real del mundo y de las sensaciones. Toda una revolución…

Me despido de la cabecera de Fitero con una pregunta: ¿os habéis fijado que las once ventanas son brechas en la piedra que se tapan con otra piedra -alabastro-?.

¡Muchas gracias por acompañarme hasta aquí!

Ah! Y mil gracias a los amigos de Fitero por lo bien que me trataron. Pronto nos volveremos a ver.

Ventana 1. Ábside tipo B. Observar la Barda abajo a la derecha, planta que da nombre a la Virgen de la Barda en Fitero.
Ventana 1. Ábside tipo B. Observar la Barda abajo a la derecha, planta que da nombre a la Virgen de la Barda en Fitero.
Ventana 2. Ábside tipo A.
Ventana 2. Ábside tipo A.
Ventana 3. Ábside tipo A.
Ventana 3. Ábside tipo A.
Ventana 4. Ábside tipo A.
Ventana 4. Ábside tipo A.
Ventana 5. Ábside tipo B.
Ventana 5. Ábside tipo B.
Ventana 6. Ábside tipo B. Observar que esta ventana ya no tiene columnilla.
Ventana 6. Ábside tipo B. Observar que esta ventana ya no tiene columnilla.
Ventana 7. Ábside tipo B. Observar que esta ventana ya no tiene columnilla.
Ventana 7. Ábside tipo B. Observar que esta ventana ya no tiene columnilla.
Ventana 8. Ábside tipo B. Observar que esta ventana ya no tiene columnilla.
Ventana 8. Ábside tipo B. Observar que esta ventana ya no tiene columnilla.
Ventana 9. Ábside tipo C. Aspillera simple. La aumenta la altura de la abertura para igualarla con la arquivolta interior del resto de ventanas.
Ventana 9. Ábside tipo C. Aspillera simple. La aumenta la altura de la abertura para igualarla con la arquivolta interior del resto de ventanas.
Ventana 10. Ábside tipo C. Aspillera simple. La aumenta la altura de la abertura para igualarla con la arquivolta interior del resto de ventanas.
Ventana 10. Ábside tipo C. Aspillera simple. La aumenta la altura de la abertura para igualarla con la arquivolta interior del resto de ventanas.
Ventana 11. Ábside tipo C. Aspillera simple. La aumenta la altura de la abertura para igualarla con la arquivolta interior del resto de ventanas.
Ventana 11. Ábside tipo C. Aspillera simple. La aumenta la altura de la abertura para igualarla con la arquivolta interior del resto de ventanas.